Cambios que tienen sentido.
Aunque se dice que es una época en que la mujer presenta un resplandor especial, a veces, debido a todos los cambios fisiológicos que afectan su piel, la futura mamá no se siente tan radiante.
La mayoría de los cambios se resuelven con el parto y no ameritan tratamiento; sin embargo, pueden ser tantos, que la mujer se siente desconcertada. Entre ellos está el cambio en la coloración –melasma o paño– que es el más evidente. Además se oscurecen las regiones sensibles a la influencia de las hormonas. También en se producen cambios vasculares, o sea, en las venas, como la aparición de teleangiectasias (arañitas de venas), enrojecimiento de palmas y plantas; várices, hinchazón de piernas. Para completar la lista, se presentan también estrías; aumenta la actividad de las glándulas sebáceas (que producen la grasa), por lo que puede haber acné, piel grasosa o incluso piel cabelluda; aparece vello corporal en lugares donde antes no había y las uñas se tornan quebradizas.
Pero estos cambios tienen sentido, cuando se entiende que son maneras en que el organismo asegura el desarrollo y crecimiento del bebé. Por ello, la futura mamá, como una manera de ayudar en este proceso y sentirse mejor, no debe olvidar tomar sus vitaminas, aplicar protector solar en las áreas expuestas y crema humectante en el cuerpo todos los días de esta etapa tan especial.
Comments